Spock dijo que sí, Kirk se negó

En la foto: Leonard Nimoy, a la izquierda, y Zachary Quinto, los dos señores Spock de la saga Star Trek.- AFP

La nueva 'Star Trek' recupera al veterano Leonard Nimoy como intérprete

ROCÍO AYUSO - Los Ángeles

Star Trek quiere llegar más lejos que nunca en su estreno. Y el estudio que la produce, Paramount, no se refiere a los confines del espacio estelar, sino al público por debajo de los 25 años, que ni había nacido cuando esta franquicia vio la luz en forma de serie televisiva.

De aquello hace más de cuatro décadas. Para ello esta producción de 100 millones de euros cuenta con un nuevo reparto que ronda la treintena, el director más transgresor del medio, J. J. Abrams, y una megacampaña mediática. De fondo queda un mensaje: "Éste no es el Star Trek de tus padres".

Sin embargo, en una carambola espacio-temporal, porque el filme lo protagonizan los jóvenes integrantes de la tripulación de la nave Enterprise en sus inicios, el auténtico hilo conductor depende del vulcaniano señor Spock, la imagen más popular de la saga, encarnado por el veterano Leonard Nimoy. A sus 78 años, el actor estadounidense ha abandonado su retiro voluntario, que decidió en el año 2000, para regresar a una serie de donde precisamente está ausente su amigo William Shatner, compañero de serie que interpretaba al capitán Kirk. "Sé que se comenta mucho si le ofrecieron o no un papel. Yo pienso que se lo ofrecieron, pero quizá él pensó que no era el adecuado. William dice que no se lo ofrecieron. En cualquier caso, somos muy buenos amigos y éste es un tema privado entre Bill y los cineastas", afirma Nimoy con el mismo estoicismo que hizo popular a su Spock, de orejas puntiagudas y calma eterna.

It is probably the most famous greeting in the universe.

But the simple Vulcan salute left makers of the new Star Trek film with a galactic-sized headache – because Mr Spock just couldn’t do it.

After much head-scratching, experts on the £75million blockbuster – which boasts stunning high-tech special effects – hit upon a lower-tech, but suitably logical, solution: they simply glued actor Zachary Quinto’s fingers together.

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